Las enfermedades alérgicas en los últimos 50 años han seguido un crecimiento exponencial por diversos factores entre los que se incluyen como más importantes los genéticos y los medioambientales.
Si bien la enfermedad alérgica más conocida es la respiratoria en forma de sus manifestaciones de rinitis y asma bronquial, la alergia alimentaria es extremadamente importante.
Todavía no conocemos de forma exacta los mecanismos por los que un individuo desarrolla una alergia alimentaria, pero sí sabemos las consecuencias de su aparición tanto en niños como en adultos.
La alergia a los alimentos existe en aproximadamente un 7% de los niños y un 4% de los adultos. En total se calcula unos 220 millones de personas en el mundo con alergia alimentaria.
Los alimentos implicados son diferentes según la edad. Por ejemplo, en niños pequeños, la leche, el huevo y el pescado son las alergias más frecuentes, mientras que en adolescentes / adultos nos encontramos con las frutas, los frutos secos, las legumbres o el marisco.
Una característica muy importante que presenta esta enfermedad en niños es su tendencia a evolucionar a la tolerancia en un porcentaje muy elevado de casos, es decir, a medida que el niño crece y su tubo digestivo madura, tiende a tolerar el alimento. Todo ello ha de ir acompañado de un seguimiento alergológico mediante pruebas cutáneas, determinaciones analíticas y pruebas de exposición (administración del alimento en la consulta de alergia por parte del alergólogo) para comprobar que se ha desarrollado dicha tolerancia al alimento en cuestión y poder ingerirlo a partir de entonces con seguridad.
De forma aproximada podemos decir que aquellos niños que con 5-6 años de edad no han desarrollado tolerancia a un alimento, probablemente no lo harán y deberán evitarlo en el futuro.
La alergia alimentaria se manifiesta de distintas formas. Las más habituales son manifestaciones cutáneas y digestivas (urticaria, eczemas, angioedemas, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal), así como rechazo del alimento en niños muy pequeños. Otras formas de aparición son desde un simple picor de boca, labios o hinchazón de éstos a unos cuadros clínicos de afectación respiratoria (rinitis, asma, edema laríngeo), hasta poder evolucionar a lo que se denomina anafilaxia (reacción alérgica que engloba 2 o más órganos o sistemas) que puede afectar también al sistema cardiocirculatorio (taquicardia, hipotensión, pérdida de conciencia) y ocasionalmente llegar a provocar la muerte.
Ante la sospecha de alergia alimentaria el paciente debe consultar a su médico de Atención Primaria o Pediatra y éste remitir si considera que puede tratarse de ello a un Servicio de Alergia para que el paciente sea estudiado.
En ningún caso las determinaciones analíticas aisladas de ciertos alimentos sustituyen la valoración de un alergólogo.
Hasta completar estudio, la medida más útil es la evitación del alimento y de aquellos de su misma familia (porque existe en muchas ocasiones reactividad cruzada entre ellos), prescribir tratamiento para que el paciente lo lleve encima con corticoides, antihistamínicos y/o autoinyector de adrenalina (según la severidad de la reacción) y educar al paciente, a sus familiares, amigos y profesores de su escuela a administrar el tratamiento cuando sea preciso (mientras se espera la llegada de ayuda médica o se traslada al paciente a un centro sanitario).
El impacto en la calidad de vida de un niño o un adulto (y por supuesto en sus familiares) que genera esta enfermedad es muy importante, debe ser siempre tenido en cuenta y nunca minimizado.
Existen asociaciones de pacientes cuya labor es clave para difundir información veraz acerca de la alergia alimentaria como por ejemplo la AEPNAA (Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex) y consejos prácticos para pacientes y familiares.
Sólo a través de la educación del personal sanitario y de la población general podremos hacer frente de una forma más adecuada a esta enfermedad, así como a las consecuencias físicas y psíquicas que les provoca a aquellos pacientes que la padecen.
Desde la página web de la Asociación Valenciana de Alergología e Inmunología Clínica (www.avaic.org), y también a través de la página web http://www.cuidatecv.es/, ofrecemos información al respecto de las enfermedades alérgicas en general para contribuir de forma activa a la difusión de un conocimiento correcto de las mismas.
Descarga la ‘Declaración Pública sobre la Alergia a los Alimentos y la Anafilaxia’ aquí